¿Qué es salud?
Según la definición de la Organización mundial de la salud (OMS), se entiende como salud aquel estado de completo bienestar físico, mental y social, no exclusivamente centrado en la ausencia de enfermedad o dolencia. Es considerado como objeto de especial atención por parte de la medicina y de las ciencias de la salud.
Dentro del contexto de promoción de la salud, también puede definirse como el nivel de eficacia funcional o metabólica de un organismo a nivel celular y social. La salud ha sido considerada como un medio para permitir a las personas llevar una vida productiva (social, personal y física).
La “salud física” es expresada como la capacidad que tiene el cuerpo para realizar cualquier tipo de ejercicio donde muestre resistencia, fuerza, agilidad, habilidad, y coordinación. La “salud mental” se caracteriza por el equilibrado estado emocional de la persona (autoaceptación), y ausencia de cualquier tipo de enfermedad mental.
No obstante, el concepto de “buena salud” es subjetivo. Muchas personas se han acostumbrado a vivir con un estado de mala salud crónica como si fuera normal, influencias por el entorno social, familiar o sus vivencias personales que imposibilitan contrastar con una situación de buena salud y en ocasiones, la falta de apoyo o soluciones por parte de los profesionales de la salud entre otras razones.
Bienvenido al cambio
El ser humano, debido a todos los cambios culturales y sociales ha transformado la naturaleza de su trabajo y las necesidades de esfuerzo físico. Este hecho, y los cambios en la alimentación nos han llevado a la aparición y proliferación de muchas de las enfermedades presentes en nuestra sociedad. Actualmente, morimos más de enfermedades no transmisibles muy relacionadas con nuestros hábitos como diabetes, hipertensión, obesidad, etc; que de enfermedades transmisibles
Según un estudio recientemente publicado en “The Lancet” la mala alimentación mata a más personas que el tabaco actualmente, siendo la responsable de 10,9 millones de muertes anuales y es una de las causas más notables en cuanto a pérdida de calidad de vida.
Por su parte, la inactividad física se ha relacionado con infinidad de patologías: obesidad, enfermedades cardiovasculares, hipertensión, diabetes, cáncer, enfermedades pulmonares, enfermedades músculo-esqueléticas, inflamación crónica, sarcopenia y diferentes trastornos neurodegenerativos.
No solo la proliferación de enfermedades se han relacionado con la inactividad física. Hay otros aspectos como la disminución de la fuerza, reducción de la movilidad y la pérdida de rendimiento intelectual que inciden, también, en la calidad de vida.
No salud, Si salud
Uno de los principales factores que intervienen y determinan el estado de salud de las personas es el estilo de vida adoptado. Un bajo rendimiento deportivo o incluso cierta predisposición a enfermedades tienen una alta base genética, pero es el estilo de vida del individuo el factor clave que determinará su desarrollo.
En este sentido exponemos los factores nocivos que determinan si el estilo de vida es saludable o no (consumo de tóxicos, dieta, estrés laboral, sedentarismo, sueño, recreación y descanso y ejercicio físico).
La promoción de la salud está muy relacionada con estrategias de prevención de ella. Dos de los principales principios de prevención, son el ejercicio físico (definido como actividad que mejora la aptitud física) y la nutrición (definido como el aprovechamiento de nutrientes para desarrollar actividad).
Realizar ejercicio físico de forma regular adaptado tiene un papel fundamental en la calidad de vida relacionada con la salud y esperanza de vida (Vogel et al. 2009). La práctica habitual tiene efectos beneficiosos en la mayoría de funciones orgánicas contribuyendo a mejorar su funcionalidad, lo cual es sinónimo de mejor salud, mejor respuesta adaptativa y mayor resistencia ante la enfermedad. De hecho, la regularidad en realizar ejercicio físco reduce el riesgo de desarrollar o morir de lo que a día de hoy son las principales y más graves causas de morbi-mortalidad en los países occidentales (Castillo-Garzón et al. 2006).
Los principales efectos saludables del ejercicio físico son beneficios cardiovasculares, metabólicos, reducción de la resistencia a la insulina, prevención de osteoporosis y riesgo de fracturas, fortalecimiento muscular, fortalecimiento del sistema inmune, efecto preventivo ante ciertos tipos de cáncer y recuperación del mismo y mejoras de la función cognitiva.
La efectividad de los programas y los beneficios del ejercicio físico son tangibles cuando es practicado de forma regular, bien planificado y con la intensidad adecuada contribuirá a mejorar la capacidad funcional y mental del organismo, lo que atenúa y retarda las consecuencias negativas de la edad. De hecho, actualmente el ejercicio físico regular adaptado es la mejor terapia no farmacológica contra las principales enfermedades asociadas con el envejecimiento. (Weisser, Preuss y Predel, 2009).
Conclusiones
Los cambios en la alimentación, en nuestra actividad y la alarmante inactividad física de la sociedad actual nos han conducido a la aparición y proliferación de muchas de las enfermedades que achacan nuestra sociedad. Dos de los principales factores modificables que determinaran el estilo de vida del individuo son el ejercicio y la nutrición, la adecuada gestión de ellos son considerados como aspectos claves para mejorar tu salud y optimizar tu rendimiento. Por ello, si quieres vivir más y mejor, tu estilo de vida es un gran determinante. En KOA estaremos encantados de acompañarte hacia un nuevo estilo de vida adaptado a ti para vivir y disfrutar de tu salud.